jueves, 18 de marzo de 2010

Ingenio popular


No hay nada como el ingenio y sabiduría popular. Los grades pensadores nos han dejado un sinfín de frases célebres que han pasado a la posterioridad, pero nadada comparable con las que nacen de la cultura e inteligencia de las gentes del pueblo liso y llano. Son mucho más ingeniosas y tienen su origen en lo cotidiano, en el vivir día a día, en lo que veían a su alredor; en el vecino, en la deseada vecina y en el cura; porque un cura…siempre tenía que estar presidiendo todo.


¿Qué podemos decir de los versos populares? No están sometidas a ninguna disciplina académica, pero son geniales, llenos de profundo conocimiento de lo que les rodea y dichos con una espontaneidad y agudeza que para sí quisieran muchos de los grandes poetas de esos, cuyos libros llenan y llenan las estanterías.


A veces uno tiene la suerte, como ocurrió hace unos días en nuestra habitual tertulia en el Viejo Molino, de escuchar refranes, frases ingeniosas llenas de sentido crítico al vecino, al clero o seglares tan aficionados casi todos a encamarse con cuantas estuvieran a su alcance. Poemas extraordinarios de unos geniales autores desconocidos, que gracias al boca a boca y de generación en generación han llegado hasta nosotros.

Alguien nos hablo y leyó de muchas cosas. Hago un pequeño resumen.



-Por la calle del «después» se llega a la plaza del «nunca»-


-La holgazanería no deja tiempo libre para nada.-


-Un hombre con pereza es un reloj sin cuerda-


-La sombra no existe, lo que tú llamas sombra es la luz que no es-


-El éxito del matrimonio llega después del fracaso de la luna de miel-


-Todos somos culpables, no tan solo del mal que hacemos, sino del bien que no hacemos-



Espero y deseo que algunos de los poemas siguientes no ofendan ninguna sensibilidad. Todos sabemos de sobra de qué va la fiesta y como son estos dichos tan genialmente anónimos y espontáneos. Nada ni nadie está más cerca de la realidad de la vida que los artífices de la cultura popular. El pueblo no adorna ni entiende de florituras y dice las cosas tal cual son. Se sabe reír como nadie de sus propias "debillidades" aunque el machismo de la época lo presidía todo y fustigaba duro.


¿Os imagináis una sobremesa, después de una sabrosa comida en una bodega, disfrutando de la penúltima copa mientras el anfitrión intentando ponerse serio sin conseguirlo, se levanta con solemnidad y nos recita cantando poemas populares riojanos?


Ahí van…

«Señora, flor de madroño,

yo querría sin sospecho

tener mi carajo arrecho

bien metido en vuestro coño;

por ser de Logroño

no deseo otro provecho

sino joder coño estrecho

en estío o en otoño»


Otro


«Vino un día a este lugar;

comió y se empachó;

bebió y se emborrachó,

a ciegas fornicó

y por no saber amar

de nada disfrutó»


O este que parece ser de Andalucía.


«El cura de Arjonilla

tiene una sobrinilla.

el abad de Lopera

la Bartola y su nuera.

¿Y el arcipreste de Arjona?

Las mocitas de la zona»


El penúltimo y último, riojanos de pura cepa.


«Cuatro putas hay en Haro

y otras tres en Navarrete

y una casada de Lapuebla

que jode más que las siete»


Termino con este.


«Tanta gente de bonete

pregunto: ¿dónde la mete?

Porque dejar de meter

digo que no puede ser»



Buen fin de semana.




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