Anoche, en el entrañable encuentro que tuvimos el grupo de amigos en nuestro viejo molino, hablamos de “todo” como no podía ser de otra manera. Al final hicimos repaso a pasados comentarios que se publicaron bien en este blog o en “Si las piedras hablaran”. Un día no muy lejano y por así quererlo nuestra amiga Marina, quisimos rendir un pequeño homenaje a José Agustín Goytisolo y escribimos...
A lo largo de nuestra vida, todos hemos leído algunas cosas que nos dejaron huella. Los motivos para que esto nos ocurra pueden ser tantos y tan diversos, que nos asombraríamos. Al final, somos una caja de sorpresas maravillosamente incontroladas.
Hay un poema que cuado lo leí por primer vez me impactó, me siguió emocionando cuando le escuché convertido en una bellísima y entrañable canción de amor; del amor más puro y desinteresado de padres a hijos. «Palabras para Julia» de José Agustín Goytisolo.
Julia, la hija del poeta, con ese nombre en honor de su madre a la que adoraba y cuya muerte en un bombardeo durante la guerra civil tanto impactó en el escritor catalán. Algunos coinciden que en este poema se mezclan de alguna forma, sus sentimientos de admiración por la madre que quedan reflejados en el cariño y amor por su hija, Julia.
Paco Ibáñez, creó una bellísima canción con el poema. Los aplausos no cesaron en su mítico concierto en el Olympia de París en aquel lejano 1969 cuando anunció aquello de: «De José Agustín Goytisolo: Palabras para Julia. “Paroles pour Julie”…
Sé que alguien muy especial se va a emocionar al leer de nuevo el poema en esta entrada. Sé que conoció personalmente al poeta catalán; sé que sintió una gran tristeza cuando voluntariamente nos dijo adiós para siempre; sé que aunque vuelva a entrar en este cuaderno como lo hace todos los días, en silencio, sin hacer ruido e irse de igual forma, hoy sentirá algo muy especial y sé que tampoco escribirá nada, porque hoy, a leer «Palabras para Julia» y escuchar una vez más a nuestro admirado Paco Ibáñez lo dirá todo sin necesidad de escribir nada.
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un aullido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
La vida es bella, ya verás
como a pesar de los pesares
tendrás amigos, tendrás amor.
Un hombre solo, una mujer
así tomados, de uno en uno
son como polvo, no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otra gente.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti
como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre, siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
José Agustín Goytisolo
2 comentarios:
La verdad es que sin quitar valor a la poesia, es un genero que no me termina de convencer...Puede ser que yo sea un poco bruto... Sigo el blog de Julia y en este si que he encontrado cosas que me gustan. Pero en general no soy aficionado a la poesia...
En primer lugar, gracias Temujin, por tu visita.
La poesia como todo en la vida a unos gusta mucho a otros un poco y y a otros nada. Es normal que así sea.
José Agustín Goytisolo (falleció hace unos años) fue un magnífico escritor y un poeta sumamente sensible. Su obra más famosa es sin duda el poema "Palabras para Julia" que dedicó a su joven hija (allá por los años 60) que así se llamaba.
Fue una enorme pena que decidiera decirnos adiós voluntariamente, pero al menos siempre nos quedará su obra y este poema. Mi admirado cantautor, Paco Ibañez, hizo de él una bellísima canción que luego ha servido para que otros artista la grabaran.
Un cordial saludo.
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