martes, 22 de febrero de 2011

Recuerdos de Sevilla. Carta a mi amigo Nicolás


Tuvo que ser, querido Nicolás, una noche de verano de hace bastantes años, no sé, ni importa la fecha exacta. Era en el bar debajo de tu casa y muy próximo a la mía. No nos conocíamos de nada, yo acaba de llegar a Sevilla y estaba muy despistado. Eran de esas noches primerizas en las que junto a una copa de vino, uno va haciendo el resumen del día sin más y empieza ya a pensar en el día siguiente y en la aventura sevillana en la que me había embarcado.

Un poco alejado de donde yo estaba, es cierto que me fijé y no sé el motivo, en un señor, bien “plantao” que ya no recuerdo si leía o miraba la TV. El estaba solo en aquellos momentos y yo más que la una, total ¿recuerdas Nicolás? Me dijiste algo, no sé el qué, pero nos dio pie a iniciar una conversación sobre mil y un tema más.

No me enteré mucho de lo que me decías, lo confieso, no tenía entonces el oído preparado todavía para entender bien el andaluz que con gracejo practicas. Creo que ya te conté, pero cuando por la noche cuando llamé a mi casa comenté que había conocido a una persona muy agradable y que creía era ingeniero de caminos y al final resultó que eras farmacéutico y el ingeniero era tu sobrino del que también me hablaste. Torpeza auditiva se llama eso. Pura anécdota.

Nos fuimos viendo más días y fue agrandando nuestra amistad, me fuiste presentando a tus amigos y mi círculo de ensanchó, porque he de confesar que todas las personas que conozco en Sevilla, salvo las del trabajo y entre las cuales tengo también entrañables amigos, las conocí por ti.

Fuiste generoso en tu amistad, sincero, me ofreciste lo tuyo como mío y hoy podemos los dos con orgullo decirnos que somos entrañables amigos.

Pero sería injusto no reconocer que detrás de ti, mejor dicho a tu lado, hay una gran mujer que también me brindó su amistad a la que admiro y respeto profundamente. Gracias por todo, Concha.

Pero… alguna vez y más de una también, sonaron bastos en nuestra amistad y nos enfadamos ¿recuerdas? pero al día siguiente nos buscábamos para sin decirnos nada, no hacía falta, todo volviera a ser como antes.

Pero toda buena amistad también tiene su lado negativo y la verdad que la padecí, sufrí y sufro con resignación franciscana, Nicolás eres: ¡SEVILLISTA! Te pierdes a diario el sentir con el orgullo, Nicolás, lo que supone una de las cosas más importantes que se pueden ser en esta vida, que no es otra que ser: ¡BETICO!, amar y sentir al Real Betis, orgullo de Sevilla. Hasta la Macarena y no digamos Jesús del Gran Poder, Señor de Sevilla, son béticos y tú…sevillista. Qué lo vamos hacer, la amistad está por encima de estas cosas. Llevo como puedo, esa pesada cruz a pesar de la distancia que ahora separan nuestros destinos, pero que a muy a menudo se unen de nuevo en nuestras agradables conversaciones vía teléfono.

No se me olvida, no, el día que me “cazaste” en la Catedral de Sevilla “oyendo misa” (yo, que voy por ahí diciendo que soy ateo) en la fiesta de San Fernando, el patrono. Otro día lo cuento, otro día te vuelvo a escribir y seguimos hablando y así seguiremos recordando nuestras, amenas y entrañables tertulias nocturnas en las cálidas noches sevillanas. Seguro que lo hacemos, pienso además que lo necesitamos hacer.

Un fuerte abrazo.

Un beso para Concha.


10 comentarios:

María dijo...

¿Tú crees ÁVARO , que el cartero de la blogosfera le hará llegar a tu amigo NICOLÁS esta carta? :-)

¡¡Ojalá sí porque le encantará!!

Es curioso como comienzan algunas amistades, de la forma más casual...lo mejor de la vida, casi siempre comienza por casualidad, espontáneamente, por que sí y sin más...

Y puedo dar fe, que no hay cosa más agradable cuando estás lejos de tu casa, de tu gente y de tu ambiente que encontrarte con gente con la que te sientas a gusto y que como NICOLÁS hizo contigo te brinde su amistad y la de los suyos.

Pues nada, que a pesar de la distancia y sobre todo jajaja del fútbol, sigáis siendo tan amigos siempre.


Un beso muy grande ÁLVARO y ¡¡no me digas tú que si has ido hasta Sevilla, no te puedes acercar por Tui:-)



PD
Si se acerca NICOLÁS a recoger su carta a este buzón, un saludo para él y para Concha, que aquí ya todos ...como de casa ;-)

ZáLeZ dijo...

Si hay algo realmente importante, que a uno le hace decidir si una ciudad te gusta o no, eso es la gente y los amigos que (como las pequeñas piedras del camino) salen al paso y se hacen grandes.
Deduzco que si Sevilla, como ciudad te enamora, lo que realmente pesa en la decisión, son las buenas amistades aunque existan discusiones, porque si lo son, no existen impedimentos para volver a reanudar.
Si llega a sus ojos esta carta, le ha de agradar mucho, y más que la compartas con el resto de los mortales.
Los que nos sentimos ateos, somos los que más nos preguntamos y preocupamos de la existencia de Dios. Muchos creen en El como borregos.
Tan ateo y agnóstico como para admirar un templo o una iglesia como los que más.
Por cierto voy a estrenar nuevo blog. El románico de la Bureba... quién lo diría, jeje.
Un cordial saludo

Álvaro Tilo dijo...

No sé, María, si el cartero llevará hasta mi amigo, el boticario, esta carta que le he escrito hoy. Fíjate, a lo mejor me daría vergüenza que la leyera, soy un tontorro en demasiadas cosas y me gusta pasar desapercibido. Tendré escritos muchos más de 100 sonetos que nadie nunca leerá y posiblemente hoy estén ya perdidos, se quedaron en Sevilla aunque sé donde y jamás me he vuelto a preocupar por ellos. Son algo pasado. Soy un raro, María y cabezota, ni te cuento la fama que tengo de ello.

Cuando le conocí era mi segundo o tercer día de los siete años inolvidables que pasé en Sevilla y aunque la gente del trabajo era estupenda, está claro que salíamos por la tarde-noche del tajo y me sentía solo y el encuentro con Nicolás y todo lo que supuso después fue extraordinario en todos los sentidos.

Al principio me costó muchos entender muchas cosas de los sevillanos, pero cuando conseguí integrarme plenamente y aunque nunca les acabas de conocer del todo, fue una experiencia extraordinaria, la mejor de mi vida.

Sueño con volver a Sevilla, sueño con volver a vivir allí, pero ahora pintan bastos en mi vida y de momento, me conformo con seguir soñando que un día podrá ser.

Pero seguro que un día leerán esta carta y sabrás de tu cariñoso saludo. SEGURO.

Un cordial saludo. Un beso

Álvaro Tilo dijo...

Primero, Zalez, decirte que antes de por aquí contestarte, he tenido el privilegio y honor de ser el primero que ha escrito un comentario en tu nuevo blog, sobre esa maravilla que fue y es el románico. Aquí tenemos solo un ejemplo con un magnífico ábside caraterístico de la corriente de los monjes de Cluny. El arco de la puerta principal es ya un poco ojival con lo que se deduce que está terminada la iglesia en el periodo de transición al gótico.

Los amigos como bien dices, Zalez, son verdaderos motores de nuestras vidas y más si estás solo y en ciudad extraña aunque en Sevilla es impensable sentirse así.

No sé si al final haré un cuaderno con todas las entradas completas que he puesto y entonces será el momento de mandarle un ejemplar y así tenga este recuerdo que he escrito con tanto afecto. No sé, ya veré lo que hago.

Lo de la misa el día de San Fernando, en la catedral de Sevilla tuvo otro significado, bueno o no tanto. Me dijeron que asistían un regimiento de ingenieros a la ceremonia religiosa ya que es también su patrón y como me gusta la parafernalia militar, allí estaba en primera fila, escuchando el himno nacional durante la ceremonia y viendo como rendían honores los militares. Me gusta ver esas ceremonias ¿y qué pasó? que me vio Nicolás, que había ido a lo mismo y tuve un buen canchondeo por mi ateismo confesado. Anécdota simpática.

Un cordial saludo.

KOKYCID dijo...

Como molan esas amistades. "Los amigos son la familia que uno escoge enla vida". Un abrazo.

Atapuerques dijo...

Vaya Alvaro;Así que tienes un amigo millonario, perdón, quería decir farmaceútico, y además sevillista. Capel con un gol en el último minuto del último partido impidió que el Burgos CF subiese a Segunda B, en favor del Sevilla Atlético. De las hordas béticas que ascendieron un año en el Plantio a 1ª división, tampoco tengo buen recuerdo. Mis preferencias en fútbol son Burgos, CF, Real Madrid, Mirandés...y Sevilla. Del Betis me salí por culpa de Lopera.
No te cuento mis primeros viajes a Andalucia en los que no me enteraba de la mitad de las cosas que decían, aunque a la vuelta, a veces, se me quedaba el "deje" ese andaluz tan musical. Fíjate que, al final, llegaba a distinguir el habla de Córdoba, Malaga, Sevilla.
Buena gente la andaluza.

Un saludo

Álvaro Tilo dijo...

Así es Koky. Aquello que se decía antes, de quien tiene un amigo tiene un tesoro, aunque es un dicho ya trasnochado y cursi, no deja de ser una realidad. Son como bien dices, la familia que podemos elegir.

Un cordial saludo

Álvaro Tilo dijo...

De los dineros de mi amigo “el boticario” , Atapuerques, aunque no se los he contado, no deben ser pocos (nada que ver, absolutamente nada con los míos) más bien todo lo contrario. Pero si su patrimonio es tan importante como creo, no son menos sus nobles sentimientos

El Betis en su principio fue el equipo del “proletariado”. Todo empezó cuando los sevillistas rechazaron fichar a un jugador sevillano por el hecho de ser estibador del puerto, profesión no acorde con los principios súper pijos del Sevilla y… así se crea, aunque resulte incomprensible en estos tiempos, hace ya más de 100 años el Betis.

No olvides, Atapuerques, que las competiciones futboleras más importantes del mundo, son: la liga europea de campeones y donde juegue el Betis y… vete a Sevilla a convencer de lo contrario a más de 400.000 simpatizantes béticos y respecto a “D. Manuel” fue el salvador del equipo en un momento crucial y ahora ya es historia. Ya no existe aunque sí las consecuencias de su gestión. Siempre recodaré el día que mi mis equipos se enfrentaron en la Copa del Rey en el Benito Villamarín y allí estuve rodeado de paisanos animando todos a los nuestros que al final empataron aunque quedaron eliminados. Al final, Lopera que había invitados al partido a todos los mirandeses, puso unos autocares para llevar a todos los mirandeses al centro Sevilla y prometer (lo hubiera cumplido) una prima de 30000 si el Mirandés hubiera mantenido la categoría, cosa que no ocurrió.

Una de las cosas que más me agradaría sería poder ver en 2ª a los tres equipos importantes burgaleses. ¡Ojalá! se consiga este año.

Recuerdo cuando empezábamos a organizar nuestro trabajo, había una muchacha de Utrera que al decir la cifra “once” lo hacía casi en seseo “onse” y otra de Sevilla, lo pronunciaba en mucho más “once”. Me llamo la atención y le pregunte a la de Utrera el porqué de esa diferencia y me contestó que era porque las gentes de Sevilla eran más “finas” (se quedó con ganas de decir pijas) a la hora de hablar. Total, 40 kms. de separación. Así que entender a un jienense, ni te cuento.

Buna gente, como justamente dices. Buena tierra.

Un cordial saludo.

Daniel F. dijo...

Cuando viajas y te sientes bien recibido hay gente que nunca olvidas...

Álvaro Tilo dijo...

Acertada reflexión, Temujin.

Un cordial saludo