viernes, 19 de febrero de 2010

Mercados de seres humanos.

Los recuerdos nos comentaba, Fernando, le llevan a cuando tenía unos 16 años y lo que presenció en Burgos. Desde tiempos inmemoriales habrá ocurrido y a pesar de todo lo que hemos avanzado y progresado, siguen existiendo los mercados de hombres esclavos. La esclavitud, salvo en los papeles existe y no ha sido abolida en la práctica. La diferencia es que ahora es más sutil, pero igual de humillante y miserable.


Sus recuerdos le llevaban en las Fiestas de San Pedro en Burgos, época en la que se contrataban a las personas que venían de otras tierras a ofrecerse para trabajar el campo en la inminente recogida de la cosecha de cereales.


Guarda recuerdos imborrables, nos sigue contando, de aquellas personas que se colocaban junto a la barandilla del río, en la zona, para los que conozcan Burgos, de la orilla opuesta al Espolón. Allí uno tras otro, con sus maletas de madera o de cartón, atadas generalmente con cuerdas, estos humillados y dignos hombres esperaban la llegada de los patronos agricultores de la zona, sus amos en definitiva por unos meses, a que les contrataran. Supone, nos sigue diciendo, que los “compradores” pasaban previamente revista al "personal" y que los mayores en años serían rechazados y contrataban a los que supuestamente iban a trabajar más duro y mejor y naturalmente, todos ellos por un sueldo misero. Les imagino durmiendo en las cuadras o aposentos no mucho mejores. Las condiciones de vida para aquellas personas, seguro que como siempre lamentables; pero…necesitaban esos dineros para subsistir. Detrás habría una familia que dependía de ese poco dinero ganado para seguir viviendo.


Así acababan los afortunados, el resto dando tumbos de pueblo en pueblo buscando desesperadamente un trabajo a cualquier precio.


¿Despareció esa esclavitud? No, rotundamente, no. En Burgos ya no hay ese indigno y vejatorio mercando de hombres, pero lo sigue habiendo en miles de pueblos de toda España, especialmente en las zonas de grandes extensiones agrícolas. Se sigue viendo al capataz, llegando en su “todo terreno” para contratar peones por días porque sigue habiendo el mercado de braceros del campo. Afortunadamente, nos sigue contando Fernando, hay ayudas para estas personas en algunas zonas de España. Ayudas necesarias en muchos casos, aunque en otros, fraudulentas, discutibles y cuestionadas y siempre muy controvertidas ya que en este tema es muy fácil caer en los viejos tópicos y solamente ver la paja en el ojo ajeno. Cuando se plantean estas cuestiones, las posiciones se suelen enfrentar y en ambos casos, hay planteamientos razonables y rechazables.


Os saludamos.








3 comentarios:

Mª Ángeles dijo...

La verdad es que es terrible que siga habiendo empresarios que sólo ven en sus empleados -los esclavos que ellos pagan y a lso que pueden exigir cualquier cosa- Mientras haya gente con escasos escrúpulos y gente necesitada de un trabajo a cualquier precio, siempre existirán estas situaciones muchas veces denigrantes. De todos modos, los empresarios también se quejan de que no hay mano de obra como antes (la deben de querer gratis) dicen algo así que "no les queda más remedio que contratr extranjeros" a los que imagino le paguen una miseria y además reciben ayudas del gobierno por hacerlo.
Es una injusticia y creo que lo has descrito a la perfección: es la esclavitud del siglo XXI
Saludos

Álvaro Tilo dijo...

Gracias Mª Ángeles por tu DOBLE visita.

La necesidad, el hambre en muchas ocasiones, es el cultivo perfecto para que muchas dignas personas se vean sometidas a demasiadas humillaciones, a la vez que otros que se aprovechan de situaciones muy duras para intentar enriquecerse todo lo que pueden.

El tema de la mano de obra emigrante lo he discutido muchas veces. Los salarios de los trabajadores del campo están más o menos regulados por el ministerio correspondiente y centrales sindicales, en especial en la zona de Andalucía que es la que mejor conozco. Los vigilantes principales de que cumplan los acuerdos son el SOC (sindicato obrero del campo) y CCOO. Hasta aquí todo es normal guste más o menos. ¿Qué ocurre? que los empresarios agrícolas saben que a los sin papeles a la mayoría de los los emigrantes documentados se les pueden contratar con unos salarios muy bajos y no van a ser denunciados. Lo tienen claro. El salario mínimo obligatorio para un español del campo (no tengo en estos momentos la cifra concreta) supuestamente puede ser de unos 9 ó 10 € hora a lo que hay que añadir las cargas obligatorias por impuestos etc. ¿Por cuanto se contrata a un sin papeles y encima sin tener que pagar Seguridad Social etc.? pues por unos 2 € hora y a los que tienen papeles por unos 4 ó 5 €. ¿Qué ocurre con el español si es andaluz o extremeño que le vienen con 4 € hora? sigue en el PER (Plan de empleo rural) va a cobrar lo mismo y no acepta el chantaje. Así de claro.

He generalizado y eso siempre puede ser injusto. Hay patrones y obreros muy dignos que se ven obligados a convivir entre los que son todo lo contrario.

Gracias por tu visita.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola, D. Alvaro, me retraigo un poco en el tiempo, pero conozco bien el tema que tratamos hoy, sobre ese tipo de esclavitud, pero es mejor que la muerte. Y digo muerte tanto física como anímica, .Esa costumbre en Burgos, y en otras partes de Castilla, y en el Pais Vasco, lo aclararé... venía desde la primera república o antes. Ahora lo que quiero aclarar, En los pueblos o pertenecías al lado republicano (casa del Pueblo socialista ) o no tenías trabajo, y me remito a pueblos desde la ribera del Odra, hasta el Duero, osea que debías tragar con lo que no querías si trabajo deseabas, con lo que hacías cola de agostero - jornalero, y con tu sueldo ridículo, si , Preacordado.
Y en el pais vasco, y en concreto en Pasajes, para la descarga de bacalao, se preseleccionaba al personal. " Tu sí, Tu no.." más de una vez regresé con las manos vacías, por mi estatura, y resulta que desgraciadamente, yo también comía, en esa época.
Así vivir pàra ver, y más saber.
Un abrazo a todos los amantes de la justicia. Merino.j.