sábado, 20 de febrero de 2010

¿Se la comieron los buitres?



Ayer tuvimos un largo debate. Hablamos del hambre en el Mundo y recordamos una espeluznante fotografía que Fernando colocó en su anterior “blog” -Si las piedras hablaran- en vísperas de Navidad. Hoy la podemos ver en la cabecera de este comentario, donde un buitre espera para comerse a una niña africana moribunda. Lo que no sabíamos ninguno y gracias a un periódico digital de ayer lo supimos, es que el autor, el sudafricano Kevin Carter, obtuvo por ella el premio Pulitzer en mayo de 1994 pero lo realmente inconcebible y terrible es que no hizo nada, absolutamente nada por salvar a la niña que con toda seguridad sirvió de espléndido manjar a los buitres.


Seguimos leyendo que desde que «The New York Times» publicó su foto en marzo de 1993, millones de personas se lanzaron a un debate mundial sobre la actitud del fotoperiodista al captar aquella imagen que trataba de reflejar el hambre que azotaba a aquel rincón del planeta. Miles de veces tuvo que responder a la misma pregunta: «Y después, ¿ayudaste a la niña?». Parece ser que no, no lo hizo. Debió considerar más importante la foto denuncia que el salvar a la niña de ser comida por los buitres.


Al recoger el premio Pulitzer dijo: «Es la foto más importante de mi carrera, pero no estoy orgulloso de ella, no quiero ni verla, la odio. Todavía estoy arrepentido de no haber ayudado a la niña», Dos meses después, agobiado por la presión de las críticas y deprimido por la muerte de un amigo se fue a la orilla del río donde había jugado cuando era niño. Allí enchufó una manguera al tubo de escape de su coche, lo introdujo por la ventanilla e inhaló, mientras escuchaba música, todo el monóxido de carbono que pudo hasta acabar con su vida. En el asiento de su coche se encontró una nota manuscrita: «He llegado a un punto en el que el sufrimiento de la vida anula la alegría. Estoy perseguido por recuerdos vividos de muertos, de cadáveres, rabia y dolor»


Después, seguimos leyendo más páginas de este suceso y encontramos versiones muy contradictorias que incluso exculpan al fotógrafo y afirman que la realidad no fue tan cruel como algunos la relatan.


¿La verdad? Nunca la sabremos del todo.








2 comentarios:

Elena dijo...

Hola Álvaro.
Antes de nada quiero disculparme por no haber llegado a otros post anteriores. Enlacé este blog en el mío pero olvidé agregarme como seguidora en éste, con lo cual tus entradas no aparecían en mi escritorio. Ya he subsanado el error.

En cuanto al tema de hoy me parece tremendo, entiendo que el fotógrafo se suicidase, debería haber ayudado a la niña.
La foto es magnífica por lo que demuestra y denuncia, pero una vez hecha debería haberse llevado a la niña.

Besos.

Álvaro Tilo dijo...

Hola, Elena. No hay ningún motivo por los que debas disculparte. Todo lo contrario. Noosotros sí hemos de manifestar nuestro agradecimiento por tus agrdables visitas y comentarios.

La noticia de la foto es espeluznante. Hay versiones que dicen que la niña pudo salvarse, pero si él reconoció que no hizo nada por ella, me temo que su confesión es la más veraz y que el final pudo ser trágico del todo.

Terrible confesión que para nada justifica su criminal actuación.

Un abrazo