miércoles, 24 de marzo de 2010

Recordando a Sevilla, a Becquer...




Esta semana, en el encuentro que tuvimos en el viejo molino, volvimos a hablar de Sevilla y recordaron nos nostalgia los que allí habían vivido y pasado los mejores años de su vida. Recordábamos todos su luz, su color, su olor a azahar, su cielo azul, sus gentes, su Guadalquivir, su Barrio de Santa Cruz... Creo que no hubo rincón de Sevilla que no encendiera la nostalgia en nosotros.


Siempre recordamos la magia sevillana, su embrujo, sus calles, sus paseos, su Plaza de España y allí justo al lado, el monumento a Becquer, el genial Becquer. Aquel sevillano que un día fue capaz de regalarnos estos versos…


«Por una mirada, un mundo
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso»



Bécquer… Justo allí, en la glorieta que lleva su nombre, en el incomparable Parque de María Luisa de Sevilla, siempre rodeado por miles de pajarillos y flores, justo allí, está el monumento al poeta sevillano, el más representativo del romanticismo español. Nadie como él supo cantar desde el corazón a la vida, al amor y desamor.

Majestuoso impresionante su monumento, allí está Bécquer con el busto adornado con una túnica que nos recuerda a los dioses del Olimpo, con el laurel sobre su cabeza.

Su vida, su obra, no se conciben fuera del fervor romántico y el monumento da fe de ello. Espléndido, románticamente espléndido.

Majestuoso el busto del poeta a la sombra de un centenario árbol. Bellas las damas pétreas que le acompañan representando el eterno sueño del amor. Una esperando ilusionada el amor que sabe llegará, otra viviéndolo con ternura y pasión y la tercera añorando con resignación al amor que se fue, suspirando por la llama que se apagó y que no volverá a brillar nunca más.

Junto a ellos, unos ángeles cupidos con sus arcos y flechas envenenadas por haber herido el amor en un caso y en el otro por ser amor qué hiere, qué hace daño.

Dicen los sevillanos que al atardecer en los días nublados del otoño e invierno, debes sentarte a hablar con Bécquer en el banco que está frente al busto del poeta; con suerte cuando el sol está a punto de caer, sentirás como una brisa estremecedora y fría mece las hojas y ramas de los árboles y entre ellas aparecerá el susurro melancólico del poeta lamentando su desdicha y escuchándole decir…


Podrá nublarse el sol eternamente;
podrá secarse en un instante el mar;
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.


¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con su fúnebre crespón;
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.



5 comentarios:

Leona catalana dijo...

Hola, Álvaro.

Conozco el monumento y todo lo demás que citas.
Durante más de 20 años fui a Sevilla casa verano y también en otras fechas de fiestas.

Es cierto que el cielo es distinto y el aroma de azahar inolvidable. En mi barrio hay una calle de naranjos, pero no huelen en absoluto. A pesar de los años que tienen, jamás los he visto floridos, sólo unas naranjas secas, cómo pelotas negras que acaban cayendo al suelo.

Cuando fui la primera vez, me detuve ante la escultura, recordando las poesías de Bécquer, muchas de las cuales sé de memória. Para ello tuve que "enviar" a dar un paseo a mis acompañantes y cicerones, je je je... Así es, ellos no eran conscientes de lo que sentía y no podían quedarse allí delante ni dos minutos.

Salud.

Álvaro Tilo dijo...

Hola Leona, gracias por tu visita.

Fueron los mejores ocho años de mi vida los que pasé en Sevilla; luego hubo que volver; pero ni un solo día he dejado de recordarlos. Espero que este año pueda darme una vuelta pero nunca es lo mismo ir de visita que vivir intensamente allí día a día.

Pero bueno, la vida continúa y hay que adaptarse a lo que toca en cada momento.

Ayer hablé con un amigo sevillano y me comentaba el aroma increíble azahar de los miles de naranjos que tiene todo Sevilla.

Yo no sé si por un beso, como dijo Becquer en sus rimas, daría mucho, lo que si te digo que estar en mi añorada Plaza de D.ª Elvira en el corazón del Barrio de Santa Cruz, bajo sus naranjos...tampoco sé lo que sería capaz de dar.

Un abrazo

Atapuerques dijo...

Veo, Alvaro, que te seduce el olor a azahar de las noches sevillanas, ¿Cómo soportas los olores tan frecuentes de Miranda de Ebro?. Supongo que malamente.
He visto por ahí, que Becquer, junto a su hermano, también hicieron algunas láminas. Me han encantado.
Un saludo

Anónimo dijo...

Te repito el aviso
Totalmente prohibido comentar en l blog de la Ramera Catalana

Álvaro Tilo dijo...

Atapuerqués. al poco de nacer, la antigua FEFASA ya echaba por esa inmensa chimenea, humos y malos olores. Años después de convirtió en papelera y ni te cuento los olores. Todo esto hasta el año pasado donde unos golfos suecos la han cerrado y temo que definitivamente. Ahí andan en peleas pero la suerte está echada y el futuro parece que pasa por el Biodiesel que también contamina lo suyo.

Miranda es una zona industrial y especialmente química por partida doble, Por un lado nos queda una azucarera y otra de fibras acrílicas para textiles o lo que es lo mismo, sigue la contaminación. Y por otro lado los graciosos de alaveses (PP incluido, bajo su mandato en la Diputación alavesa se crearon los polígonos contaminantes) que con el fin de liberar de malos olores a Vitoria han creado en las proximidades de Miranda a tan solo 3 Km. los polígonos químicos que necesitan (Son escasos los habitantes alaveses que viven en esa zona) Con lo cual seguimos con contaminación, con un Ebro destrozado y ofreciendo servios de colegios, hospital etc. y los beneficios a las impresentables haciendas forales vascas. Nosotros nos quedamos con la mierda de los olores y el PP vasco tan españolista él, mirando para otro sitio y perdiendo el culo para que la golfada de los beneficios fiscales industriales vascos continúen.

También es de justicia reconocer que puestos de trabajo se han creado en Miranda con esas industrias.

Como comprenderás lo llevamos con resignación ya asumida y en mi caso siempre con la envidia y añoranza de un cielo limpio como puede ser el de Burgos o Sevilla que son de las ciudades que conozco las que tienen con más arbolado y zonas verdes

Un cordial saludo.