miércoles, 7 de abril de 2010

Aumenta la alarma social




Hace unos días, en nuestras charlas en el Viejo Molino, tuvimos necesidad de seguir hablando de la alarma social que están generando nuestros políticos. Todos estábamos indignados. Esta especie que cada día repugna más, se está riendo de nosotros, y lo que es más grave, con los dineros de todos se están pagando sus golfadas, robos y estafas. No se libra nadie.


Comentamos, que con calculada oportunidad y luz solar, porque ahora conviene hacerlo así, nos estamos enterando de más detalles de los imputados en casos de corrupción. Llegamos al acuerdo que a partir de ahora mismo nos negaremos a llamarles supuestos y a concederles la presunción de inocencia. Estamos hartos de oír esa monserga que no hace más que esconder estafas multimillonarias; porque al final, los que pagan, los que pagamos todo, somos el pueblo.


La indignación nos subió como la adrenalina, hasta lo más profundo, cuando recordábamos como alguien justificaba como normal que a determinado ladrón, que se ha forrado, se ha enriquecido a costa de todos; su propio partido le siguiera pagando, cierto tiempo, un excelente sueldo que para así quisiéramos la mayoría de españoles. Y se quedó tan tranquilo justificándolo. De vergüenza.


Uno de los peces gordos de estos días, inconcebiblemente, sigue siendo senador y representante de la voluntad popular. Un tipo que se ha enriquecido miserablemente y que no devolverá el dinero jamás al pueblo al que “presuntamente” se lo ha robado. ¿Y el jefe? Ha hecho mutis por el foro y él sabrá donde se ha escondido, pero resulta patético escuchar a los suyos intentando justificar lo injustificable en vez de ser todos valientes y tomar decisones drásticas y necesarias. Claro, nos decíamos, a lo peor es no pueden tomarlas porque el ventilador sigue funcionando.


Los otros impresentables, los del bando contrario, rasgándose las vestiduras ahora y ocultándonos que ellos tienen otro montón de chorizos implicados en robos y estafas a la nación y olvidándose que tuvieron ministros en la cárcel y que directores generales estafaron cuanto pudieron y salvo uno, si es que la memoria no me falla, ninguno devolvió lo que robó y que un presidente del gobierno fue, es sospechoso y lo será siempre, de haber bendecido y patrocinado un grupo mafiosos que se dedicó al asesinato; aparte de conocer la procedencia del dinero que financiaba a su partido. Pues bien, estos esperpénticos/as, ahí están haciéndonos creer su honestidad y virginidad. ¡Serán golfos! Y es que en este país, me temo, todo vale.


¿Hablamos de los sindicatos de clase, correas de transmisión de no sé qué historias, como se decía antes?


Más de 300.000 están liberados, comiendo la sopa boba y con unos buenos sueldos ¿A qué se dedican, en qué emplean su tiempo? Ellos sabrán. Más o menos la mitad de afiliados están viviendo del sindicato y se les ha olvidado lo que es dar palo al agua. Con las cuotas de los militantes se financian el 20% de su presupuesto ¿Y el 80% restante de dónde lo consiguen? Se lo dan, a cambio de complicidad, los gobiernos de turno a estos otros vagos de solemnidad. ¿Cuántas veces en su vida habrá sudado Cándido Méndez en un tajo? Si los sindicatos no tienen más afiliación es por su nula credibilidad y si son malos gestores como lo demuestran todos los días, qué ¡se jodan!” y qué trabajan como los demás que a casi ninguno de los de noostros, NADIE nos viene a solucionarnos nuestros problemas ¿Cuánto deberán a la Seguridad Social por impago de cotizaciones? ¿Cuánto deberán a Hacienda? ¿Cuánto deberán de luz y teléfono? Nos asustaríamos si se publicaran las deudas de estos golfos. Sus cuentas y sobre todo el número de liberados y sus sueldos, son los secretos mejor guardados.


Todo es oscurantismo en este país, empezando por la nula transparencia de los gastos del Rey y familia. Parece como si fueran otros y no nosotros los que les pagamos a todos ellos su buen vivir.


Vivimos en un país con la mayoria de clase política, corrupta y golfa.


Sería injusto no reconocer que también hay personas honestas en todos los estamentos.





2 comentarios:

Leona catalana dijo...

Hola, Álvaro.

¿Es cierto que existen políticos honestos? ¡Rara avis! Deberíamos protegerlos.
Tal vez sería más fácil señalar positivamente a estos -por escasos-, que a la cantidad innumerable de chorizos. Lo malo es que no podemos porque igual un día nos enteramos de que alguno es también un chorizo al que aún no habían pillado...

Nula confianza tengo en el rebaño político. Nula.

Un cordial saludo.

PD. he encontrado tu post dedicado a cierto personaje con salón abierto a diario donde recibe a duquesas y condes, je je je... y del que tú y yo estamos excuídos por no hacer reverencias ;D
Te he dejado un comentario en él.

Álvaro Tilo dijo...

Hola de nuevo Leona. Después de contestarte en El Caballero de Olmedo, me encuentro esta nueva participación tuya. En el comentario que te señalo he dejado reflejado mi total identificación con cuanto escribes del infantil personaje en cuestión.

¿Confianza en políticos? NINGUNA, por supuesto, pero he querido ser generoso por si alguno queda por ahí agazapado y lleno de vergüenza ajena.

Un cordial saludo.