domingo, 11 de abril de 2010

Vinos y bodegas en la Rioja Alavesa.



¿Cuándo fue Semana Santa? Parece que ha pasado ya muchísimo tiempo y solo han sido siete días. Vivimos a tal velocidad que lo de ahora mismo es historia muy pasada dentro de unos momentos.


¿Quién se acuerda ya del olor a incienso, de las procesiones o de las playas los afortunados que pudieron disfrutar de ellas en esos días? Me temo que casi nadie ya.


No hice nada especial esos días; pero el sábado quise visitar unos bodegas en la Rioja Alavesa que se han hecho muy famosas, no tanto por la calidad de sus vinos que de momento no alcanzan la calidad de otros elaborados por otros bodegueros (para gustos y paladares están siempre los colores) como por estar diseñadas por dos de los más grandes arquitectos mundiales.


En un poco más de media hora estaba en Laguardia (Álava, Rioja Alavesa) con intención de ver por fuera la bodega Ysos que proyectó Santiago Calatrava. Está a las afueras del pueblo al pie de la Sierra de Cantabria, es muy alargada, estrecha con una techumbre que representa no sé qué de los vinos y bodegas. Me decepcionó, no me gustó. En fotografía parece más espectacular, más grandiosa, pero vista al natural… Si es cierto que nunca hay nada bonito o feo; hay cosas que nos gustan o no.


De Laguardia directamente a Elciego, otra población de la Rioja Alavesa, famosa por la elaboración de excelentes vinos Rioja. No llegan a 10 kms. la separación entre uno y otra municipio.


Aquí el objetivo, era ver la remate del tejado del Hotel que la Bodegas Marqués del Riscal tiene. Llegas a las instalaciones, te dejan entrar naturalmente a la tienda donde venden sus vinos, pero intentar hacerlo en hotel para tomarte un café, verlo y conocerlo mejor… misión imposible. Prohibido hacerlo. Sólo tienen acceso las personas invitadas, nos dijeron. Pues que con su pan se lo coman y el vulgar vino que actualmente elaboran, después de ser durantes muchas décadas uno de los más importantes Riojas, lo mismo, es decir, que se lo beban con salud.


Lo importante era ver las planchas de titanio que proyectó y diseñó el arquitecto canadiense Fran Gehry, el mismo del espectacular a la que vez que decepcionante museo Guggenheim de Bilbao. Todo aquello parece un amasijo de hierros después de haber pasado un tornado; los soportes metálicos que las sustentan se ven por todos los lados y dan, en mi opinión, una sensación penosa. Un conjunto que desde al aire puede decir algo pero a pie de calle…Decepción total.


El viaje sirvió para deshacer un mito que me habían contando. Me quedo con las viejas bodegas que tantas hay por toda la Rioja y en especial por las míticas de piedra en la zona de la estación de Haro (Rioja Alta)


De los excelentes vinos Riberas, no estoy muy al dia, más bien todo lo contrario. Conozco las instalaciones que el Consejo tiene en el Castillo de Peñafiel y por supuesto que los he probado, pero tengo que aprender mucho más de ellos. Este mundo de los vinos es muy apasionante. Lo malo, los elevados precios que tienen, en especial los de nuestra tierra a orillas del Duero.


Y para terminar os hago una confesión. El 99 % de mis comidas las acompaño con agua y solo en ocasiones muy concretas con vino; pero, cualquier hora es buena, no hay problema, para tomar una copa, dos máximo, de Rioja o Ribera. Nunca defraudan.





9 comentarios:

Leona catalana dijo...

Hola, Álvaro.

Las bodegas no pueden ser juguetes de los idos de la olla. Cumplen una función especifíca y su construcción tiene que atenerse a ciertas reglas ineludibles, so pena de mandar al carajo toda la producción. Así que mariposear con las nuevas construcciones... no te digo que les vaya a costar caro porque hemos llegado a un punto en que, ni se ofrece calidad, ni se demanda...
Me temo que las viejas bodegas acabarán desapareciendo :(

La foto del hotel ese se ve muy espectacular vista desde arriba, pero no hace falta que expliques cómo se ve desde abajo porque me lo imagino perfectamente, je je je... Son necios porque al fin y al cabo, ¿desde dónde se ve siempre? Qué de burradas, por favor.

Un cordial saludo.

PD. ¿cómo fue el teatro?

Álvaro Tilo dijo...

Gracias Leona por tu visita.

Tienes razón, lo importante en una bodega es la calidad de sus vinos y elaborarlos con los métodos tradicionales que de momento son insustituibles y tan solo se pueden permitir algunas innovaciones.

Está claro que el exterior no debería afectar nunca al interior que es lo esencial; pero vivimos tiempos imparables de cambios y no hay que quien los detenga. Tenemos que asumirlos y vivir con ellos.

Sobre el “tejadito” de marras ya nos lo hemos dicho todo.

Lo mismo ocurre desde hace algunos años en el teatro con las adaptaciones de obras clásicas donde por obra y gracia de un director se desvirtúa, en ocasiones, parte del sentido y sentimiento que puso el autor al escribirla.

No fue tan radical el cambio en “El Caballero de Olmedo” que vi el viernes pasado, pero tampoco fue demasiado fiel a la situación que nos describe Lope de Vega. Ver un duelo de espadas con unas navajitas… ¿Por qué se tuvieron que pasar media obra los actores subidos en las mesas a modo de púlpitos? No sé, no me gustas tantas licencias de los directores. Tampoco entiendo el porqué hay que amanerarse tanto con el cuerpo a la hora de recitar el verso. No creo que Lope soñara en un caballero que para decir cualquier frase tuviera que mover brazos, piernas y resto del cuerpo de una forma antinatural, muy estudiada y lenta. Las personas ni en aquellos siglos ni en estos nos comportamos así en la vida diaria de la que el teatro debería ser fiel reflejo. Fue en gran medida la adaptación a moderno de una obra clásica. Muchas veces parecían auténticos “mimos”. En Sevilla ya me pasó con tres o cuatro Tenorios esperpénticos y en especial con un Hamlet de Shaspekeare, que se mataban golpeándose con botellas grandes de Coca Cola, mientras en la radio se escuchaba un rock.

En general no me desagradó la función y los actores a pesar de ese amaneramiento del que ellos no son culpables, muy dignos.

Un cordial saludo.

KOKYCID dijo...

Efectivamente un riojita o un ribera nunca caen mal (sobre todo si les acompaña un poco de queso o chorizo)

Leona catalana dijo...

Je je je... lo del teatro... para qué hablar... Los directores suelen querer hacer "algo nuevo", sin darse cuenta de que no es posible y que sólo la cagan.

Recuerdo una vez que, charlando sobre la obra que ibamos a interpretar (nada clásico), el director me miró y me dijo: "¡Llora!". Sin haberlo hecho nunca, pues era la segunda vez que actuaba cómo aficionada, me puse a llorar cómo una Magdalena y mis compañeros estallaron en aplausos, je je je...

Lo bueno fue en otra actuación con el mismo director, que lo puse en su lugar porque no se enteraba de nada. Salí a escena, pero antes de esta actuación había habido otra y al directorcillo no se le ocurrió mandar que rehiciesen el escenario, con lo que me encontré con unas litronas en lo que se suponía "mi" flamante comedor de señora entrada en años que recibiría la visita de su hijo y la novieta de éste.
Nada más verlo, cogí los vasos y los llevé al fondo para quitarlos de la vista. En el lateral, "mi" hijo hacía sonar el timbre de la puerta y el idiota del director me hacía gestos desesperados para que fuese a "abrir la puerta". Le hice puto caso, arrastrando mis pies en zapatillas, sin correr ni una pizca.

Al final, yo hice lo correcto, bien metida en mi papel y al director que lo zurzan ;D

Obviamente, esto no pueden hacerlo los actores profesionales. Lástima.

Cordialmente.

Álvaro Tilo dijo...

Sin irnos, Koky, a los crianzas o reservas y sin saber nunca si fue por el queso que nos sacó como acompañamiento, siempre recuerdo un exclente vino joven que nos dieron en un bar de la plaza de Peñaranda. ¡Qué bueno estaba!

Álvaro Tilo dijo...

Ya te confesaba Leona, que no me gustan nada las licencias de algunos de los directores que han llegado al teatro. Tienen necesidad de sobresalir intentando ser originales y al final lo estropean todo. ¡Qué se dediquen a hacer teatro experimental, de esos que van a lo sumo 20 espectadores y qué nos dejen en paz a los demás!

Una nueva faceta que conozco de ti, la de tus aficiones al teatro. Me alegro.

Me ha resultado estupenda y muy simpática la anécdota que nos cuentas de la escena de "tu hijo, su novieta y el timbre sonando". Hiciste muy bien.

Un cordial saludo.

Galsuinda dijo...

Hace siglos, por los años 80 del siglo pasado, me invitaron a las Bodegas López de Heredia en Haro. Impresionante y hasta me obsequiaron con una botella conmemorativa del centenario. Si puedes conseguir una invitación para que te las muestren, merecen la pena.

En cuanto al teatro, como el teatro nacional del XVII, creo que no hay nada. siempre pené que fuimos los inventores de ese teatro. Antes solo la tragedia griega. Otra historia es lo que cuentas de las representaciones. Recuerdo que la última vez que e pillaron en un teatro vi un tenorio de Darío Fo, todavía no le habían regalado el Nobel. El hombre se quejaba del tenorio de Zorrilla y de otros cosas y en vez de escribir el suyo propio lo adaptó... Inenarrable, malos actores, solo se salvaron los actores que teóricamente eran secundarios y representaban a Doña Brígida y al Comendador (no recuerdo sus nombres, una pena) la pena es que les hicieron marcarse un pasodoble. A doña Inés la hicieron parecer a salvar a D. Juan con una indumentaria más propia de la virgen del Pilar... sic passim.

Saludos

Álvaro Tilo dijo...

AE: Hola de nuevo. Nos vemos de nuevo aquí algo perdidos en el tiempo. Por pura casualidad he retrocedido hasta este comentario y he visto el tuyo. Así que no te extrañe que en de El Guernica, hable de tu primera visita.

La zona de la Estación de FFCC de Haro y, en esta entrada lo comento, es donde se encuentran esas míticas bodegas de la Rioja Alta.Insuperables

La de López de Heredia no he vistado, sola la conozo por fuera y aunque siempre ha sido una bodega de referencia, puede que sus vinos estén ahora muy superados por sus vecinos de Muga, que sí conozco. Eso al menos dicen en Haro, ciudad muy próxima (18 Kms.) a donde vivo en la Comunidad de C y L. Cuando tenga más tiempo tengo intención de visitar más bodegas.

Respecto al teatro y las nuevas versiones, ya nos lo hemos dicho todo. Me quedo con los montajes clásicos.

Un cordial saludo.

Galsuinda dijo...

Alvaro, me refiero a la bodega ¡es impresionante! eso de atravesar el monte hasta el río, ser bodega en el sentido estricto -¡11ºC, creo, todo el año!- y de forma natural merece la pena.

Estuve también en Muga. allí no enseñaron a cómo se hacía el cava. Trabajé en Haro y eso tuvo agradables consecuencias.

Hace mucho que no bebo, cuestiones personales, pero no hay como el haber bebido siempre buen vino y si no, agua, como para apreciar todo esto.

Ahora, en Haro, hay un Museo, que no tiene el gancho de una bodega, sin embargo sirve al propósito de dar a conocer que el vino es algo más que un ingrediente de un botellón. He llevado allí a los chicos desde el País Vasco y es lo mejor que se puede hacer para el alcoholismo, que aprecien lo que se bebe y que no cometan pecados 'mortales' de mezclas raras: herejía para el vino y muy malas para la salud.

Gracias por tu gentil acogida

Saludos