domingo, 3 de octubre de 2010

Recuerdos



Vivir en Sevilla, no deja indiferente a nadie y no fui ninguna excepción. Me marcó y a pesar de la distancia, sigue siendo una referencia, un imborrable recuerdo en mi vida.

Cuando estaba en Andalucía, en muchas ocasiones tenía nostalgia de mi tierra, pero ahora que ya está tan lejos y que volver no es sencillo, salvo para cortas visitas, la añoranza se acentúa y todos los días, pasa por mi mente, como una película sin fin, innumerables anécdotas de momentos allí vividos. Su recuerdo, aunque a veces me produce melancolía, me ayuda a seguir adelante.

Hoy en de esos días que uno necesitaba volver a Sevilla, necesitaría pasear por sus calles, sus plazas y sus rincones maravillosos…Son tantos los recuerdos.

Pero al menos, ¡dejadme soñar!, en su cielo azul, en su olor a azahar, en su luz, en su poesía, porque Sevilla es puro arte, se respira por doquier.

Hoy quiero compartir con todos los amigos que hasta aquí se acerquen a leer mis cosas que haga este halago a mis otras gentes, a mis gentes de Sevilla aunque también debería hacer una crítica ya que en la vida nunca se da lo uno sin lo otro; pero eso último lo dejo para otro momento.

Nadie como Manuel Machado, supo definir en tan ocho versos el alma de los andaluces y en especial los de su Sevilla natal. Todas las provincias necesitaron adjetivos, todas menos ¡SEVILLA! Porque al final es la parte de un todo o el todo de una parte o el todo de todo… siempre me pierdo en definiciones. No sé qué es Sevilla, qué representa, pero Sevilla es así, es, «es eso, solo eso, es SEVILLA»


«ANDALUCÍA» de Manuel Machado.

Cádiz, salada claridad; Granada
agua oculta que llora;
romana y mora. Córdoba callada.
Málaga cantaora.
Almería dorada.
Plateado Jaén. Huelva, a la orilla
de las Tres Carabelas…
y Sevilla


¿Quién entenderá el alma de los sevillanos? No es nada fácil, sólo la convivencia diaria con ellos hace que entiendas un poquito su forma peculiar de ser. A un sevillano, creo que nunca le entenderás del todo aunque lleves conviviendo muchos años con ellos e incluso él haga todo lo posible para decirte como es por dentro y ofrecerte su amistad. Pero no es fácil. Los sevillanos nunca son indiferentes, se les quiera o se les odia y muestras hay muchas. Soy de los aman a Sevilla y quiero a los sevillanos y si son béticos, mejor todavía; más arte.

Cuando tienen que alejarte de Sevilla empiezas curiosamente a entender más y más sus cosas y si viviendo allí veías algo que te sorprendía, desde la distancia, lo entiendes todo como normal y sueñas en volver. Todos los días lo hago. Amo a mi tierra castellana, mis gentes, pero también añoro Sevilla. Hoy, no sé el motivo ¿o sí lo sé? necesitaría estar allí.

Hay más de 120 óperas e innumerables zarzuelas ambientadas en Sevilla. Desde Verdi a Mozart, Rossini o Beethoven sin olvidarnos de Carmen de Bizet, pusieron música a historias sevillanas. Nunca nada es por casualidad.

Los sevillanos son únicos para sus tradiciones y costumbres, son gentes de corazón noble y abierto pero ¡cuidado! implacables con ellos mismos y con los demás cuando alguien de casa o fuera, desde la falta de respeto, se atreve a cuestionarles sus cosas.

Y es que Sevilla, «es eso, solo eso, es SEVILLA»

¿Me disculpáis por esta entrada que seguramente nadie le encontrará sentido? Gracias, ¡sois buenas gentes!


6 comentarios:

Merino dijo...

Yo te copmprendo.Existen momentos en las vidas de las personas, nos juventud, amistades, formas de vida, que enganchan y hacen que ciertos lugares se nos hagan idílicos, La luz, calor, olor, todo se nos queda grabado en el cerebro, y nos impacta positivamente para siempre, a mí me enganchó el caribe panameño, y bien te entiendo Álvaro, además SEVILLA TIENE UN COLOR ESPECIAL Y SU DUENDE que dice la canción, que es de comprender y creo que no la cambien mucho, para que no te defraude tu visita a los nuevos lugares, Un saludo Merino.

Álvaro Tilo dijo...

Sevilla tiene duende, nadie lo puede dudar y a mi me enganchó.

Tienes toda la razón en que hay sitios, lugares que que sin saber el motivo real, aunque siempre es el conjunto de muchos de ellos, que atraen en especial y hacen la vida y la forma de vivir, diferente, nueva cada día.

Tú nos hablas del Caribe, allí jamás estuve y no puedo opinar, pero mis años pasados a orillas del Guadalquivir fueron diferentes, hermosamente distintos y por eso mis inolvidables recuerdos y añoranzas.

Me alegro que compartamos y coincidamos en estos sentimientos y recuerdos que nunca desaprecerán de nosotros, afortunadamente.

Un cordial saludo, amigo Merino, y hasta la próxima.

PD: Creo que eres una persona con una vida muy interesante y debías hacernos partícipe de ella o al menos de tus inquitudes y de tus cosas. ¿Por qué no abres un blog y nos las cuentas? ¡Anímate!

KOKYCID dijo...

Todos los lugares donde uno vive tienen su "aquel", ya que son el escenario de buenos recuerdos. Pero sin lugar a dudas hay ciudades que enamoran más que otras: Sevilla, San Sebastian, Caceres, Santiago... (Por citar sólo algunas).

Álvaro Tilo dijo...

Y Burgos, Koky, para los que no somos burgaleses, que también sabe enamorar, incluido el jodido frío.

Vivimos en una tierra privilegiada, aunque todas lo son por algo; pero ninguna puede decir con satisfación que tiene más de 60% del partimonio artístico español.

Pero como bien dices, siempre hay algún motivo, a veces sin concocerlo, que hace que una ciudad sea para cada de nosotros algo especial.

Gracias por tu visita. Un cordial saludo.

ZáLeZ dijo...

Hola Alvaro:
Pedazo de retrato psicológico el que haces de los sevillanos y de Sevilla en general, y sobre todo el que te acabas de hacer a tí. Tu añoranza te delata y seguro que anhelas en estos momentos alguna vivencia que te ha marcado mucho en esas tierras y eso te ha hecho entristecer, pero ese sentimiento es totalmente positivo.
Sevilla la conozco "en calidad de turista" . Estuve quince días entre la costa de Huelva y Sevilla y aunque no conozco a sus gentes, la ciudad como ciudad enamora al más gélido.
Un cordial saludo,

Álvaro Tilo dijo...

Casi nueve años dan mucho juego y de vez en cuando afloran con bondad perniciosa, todos los agradables momentos y recuerdos inolvidables que alli tuve.

Por eso y como digo en mi comentario al leer el poema del sevillano Manuel Machado; a todas las provincias andaluczas al nombrarlas necesita poner un adjetivo por mínimo que sea, a todas, excepto a Sevilla.

Un día hablaré de la Plaza de Dª Elvira, en el corazón del Barrio de Santa Cruz, uno de mis lugares más entrañables de Sevilla, a escasos 50 de la Hospedería del Laurel donde Zorrilla hace comenzar su D. Juan Tenorio, que por cierto, en algún teatro sevillano ya se estarán de preparativos para su representación.

Bueno, vuelvo a mi realidad de hoy y sigo con mis cosas.

Gracias por tu visita y un cordial saludo.