A veces hay comentarios que merecen la pena ser reproducidos y en esta ocasión así lo creo La autora del mismo es: Ángeles García Pórtela; ni que decir tiene que lo hago por si alguno de vosotros no lo conocéis como me ocurría a mi hasta ayer. Me parece muy interesante y coincido plenamente con el contenido de su acertado análisis.
Textualmente:
«Supongamos que el expresidente de Egipto hubiese muerto tan solo un mes antes de ser depuesto. Gran parte de los jefes de Estado de la Tierra acudirían al sepelio, habría luto nacional, las fotos que existían en las tiendas del país tendrían un lazo negro, el pueblo haría largas colas para darle el último adiós.
Las televisiones mostrarían imágenes de dolor de la gente corriente, periodistas y políticos se apresurarían a escribir y contar anécdotas que resaltasen su calidad humana, hubiese muerto en el seno de la Internacional Socialista y, por supuesto, desconoceríamos su tremendo capital acumulado, los rapsodas cantarían su logro de conseguir 30 años de paz y estabilidad social, aparecerían montones de artículos acerca del futuro incierto y peligroso que se abriría en el país ante la sucesión.
Ahora, en cambio, se refiere todo el mundo a él como el dictador, probablemente le expropien el patrimonio y hasta puede ser juzgado. Es decir, su pecado no es lo que hizo, sino haber sido derrocado. De locos, ¿no?»
6 comentarios:
Es la hipocresia, reina de la humanidad...
Totalmente de acuerdo como no podía ser de otra manera.
Un cordial saludo
Más cierto que la vida misma. Asi funcionamos.
Así de hipócrítas somos.
Un cordial saludo, Koky.
Muchas gracias por publicar mi artículo.
Gracias, Ángeles, por haber tenido a bien visitar mi cuaderno.
Un cordial saludo.
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