viernes, 5 de marzo de 2010

Si para recobrar lo recobrado…



La velada que os comentaba días pasados, en la entrada sobre el poema de Luis Cernuda «Te quiero», acabó espléndidamente poética. Se sucedieron los poesías y se hablaron de muchos poetas, de sus genialidades y de sus obras inmortales.


Al final, nos quedamos todos con la dulce sensación de que nuestra amiga, que con tanto entusiasmo buscó y nos llevó a Cernuda, había preparado, con audaz ingenio femenino, nuestra conversación previa para introducirnos a todos hasta ese mundo maravillosos de los versos, de la rima, de la métrica y tantísimas cosas que hacen que unas palabras se unan a otra y conformen todas una unión bellamente perfecta.


No podía ser de otra forma. ¿Cómo era posible, sin estar pereparado, que de su bolso sacara un folio y rematara la agradable tertulia en el viejo molino, leyéndonos un extraordinario soneto de un poeta que la mayoría desconocíamos? Evidentemente estaba todo pensado y calculado, pero hay que darla las gracias porque nos abrió otra puerta en este mundo maravilloso de las letras.


Al final os invitaré a que leamos todos juntos el soneto que unos días día se escuchó con emoción en el viejo molino restaurado.


Pero ahora, dejadme por favor, que os cuente lo que allí se habló de los «sonetos». Todos coincidimos que es la forma poética más importante, más complicada. En los dos cuartetos hay que contar toda una historia, la que sea; pero hay que ser muy grande para que en tan solo ocho versos sea el poeta capaz de resumir lo que se quiere trasmitir. Luego vendrán los dos tercetos que continuarán la historia pero de un modo diferente. Harán un breve resumen de lo anterior en sus seis versos; nos darán la clave del mensaje del poeta o servirán para ensalzar, dar luz y colorido, el retoque final en definitiva, a los cuartetos.


Todos los grandes han cultivado los sonetos. Me encantan.


Nuevamente, cuando anochecía en el viejo molino, se hizo silencio y Marina, nos leyó...


Si para recobrar lo recobrado…


«Si para recobrar lo recobrado
debí perder primero lo perdido,
si para conseguir lo conseguido
tuve que soportar lo soportado,


si para estar ahora enamorado
fue menester haber estado herido,
tengo por bien sufrido lo sufrido,
tengo por bien llorado lo llorado.


Porque después de todo he comprobado
que no se goza bien de lo gozado
sino después de haberlo padecido.


Porque después de todo he comprendido
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado».


Francisco Luis Bernárdez.



¿No os llama la atención, entre otras muchas virtudes, el ritmo que imprime el poeta en su soneto?


Todos nos conjuramos, aquella tarde noche, para seguir conociendo la obra de este poeta argentino, hijo de españoles que nació en el primer año del pasado siglo XX. Fue periodista en España y se relacionó con figuras como Valle Inclán, Juan Ramón Jiménez o los hermanos Machado.


En su país natal y con otros grandes escritores, encabezados por Borges crearon un grupo literario.


Interesante su vida, pero mucho más su obra. Prometimos no perder su rastro y seguir conociendo al maestro argentino.




4 comentarios:

Julia dijo...

Soneto interior

Aquí donde la tierra es menos tierra,
donde el agua es el agua del olvido,
donde el aire es un aire sin sonido
y donde el fuego ya no mueve guerra;

Aquí donde la tierra se destierra,
donde el agua carece de sentido,
donde el aire prefiere estar dormido
y donde el fuego su pasión encierra;

el hombre de mirada pensativa
substituye las cosas de su casa;
la tierra, con su carne fugitiva,

el aire, con el aire de su aliento,
el agua, con su propio sentimiento,
el fuego, con el fuego que lo abrasa.

Gracias Álvaro por descubrirme a este poeta. Realmente tiene una cadencia que seduce y enamora. Cuanto os envidio por esas charlas en el viejo molino, yo tengo muchos amigos cerca pero pocos poetas y como no tengo molino, me acerco a solas a las olas y ellas me besan los pies y me acompañan.

Este que te envio lo he encontrado buscando información sobre este poeta y también es magnífico, ¿a que sí?

Mª Ángeles dijo...

Está bien tener una amiga que atesora en su interior algún boceto en el que se expresan estas maravillas. Después de una velada agradable está bien que alguien recite unos versos de esta talla. Me hago una composición de lugar (como que he estado presente en la tertulia)
SAludos

Álvaro Tilo dijo...

Gracias, Julia por tu visita. Pues sí, es un buen descubrimiento el de este poeta, Francisco Luis Bernández. En este otro estupendo soneto que nos has puesto, imprime el mismo apasionante ritmo y cadencia. Me encanta lo que dice y como lo dice.

Un “secreto” que me contó al día siguiente, nuestra amiga, Marina, descubridora del poeta. (Copio textual su correo) «Buscando un posible soneto de mi admirada Teresa de Jesús, entro a una página que se titula sorprendentemente “poesía castellana”, veo el inconfundible retrato de ella y debajo... el soneto que leímos: “Si para recobrar lo recobrado"...Lo leo una vez, dos, tres y me dije: Imposible no me podía imaginar a la mçistica carmelita escribiendo esos versos. Así que tuve que seguir buscando hasta encontrar al verdadero autor».

Me alegro mucho que te guste. De vez en cuando se hacen descubrimientos muy interesantes, estupendos. ¡Ah! y como sé que le conoces, todavía ninguno me impresionó y me sigue impresionando tanto como el del riojano Buscarini.

Hay que seguir leyéndole. Hay que sacar tiempo al tiempo para poder llegar a todos los sitios.

Un abrazo.

Álvaro Tilo dijo...

Hola, M.ª Ángeles.

En el viejo molino caben todas las personas que quieran estar y tú, siempre has estado allí entre nosotros, entre amigos.

En verdad que es un magnífico poeta el argentino. Un maestro.

Sé, porque nos lo has dicho, que has publicado un libro de poemas. ¿Por qué, cuando tú quieras, no nos regalas en tu blog, en algún comentario, donde mejor te parezca, un poema para que lo podamos leer en las charlas del viejo molino y así poder entregarte la rosa más bella al mejor poema, que sin duda merecerá?.

Te esperamos.

Gracias por tu visita.

Un abrazo.